Adrienne Pine, investigadora de ARGOS Estados Unidos, explica que son los motores del capitalismo global los principales factores que obligan a las personas a emigrar, configurando una lucrativa industria que involucra a empresas transnacionales de seguridad fronteriza y bufetes de abogados que mercantilizan la necesidad de regularización de los migrantes y los costosos trámites de solicitud de asilo en lo países receptores.
«La expansión del capitalismo neoliberal requiere de la fuerza laboral, itinerante y vulnerable, que crea la migración forzada; produce a un ‘otro’ eminentemente flexible y, en última instancia, desechable», asegura.